Querido Señor, te suplico con humildad que me concedas la gracia de no pecar en mi trabajo. Ayúdame a recordar siempre que mi labor es una bendición y una oportunidad para honrar tu nombre.
Fortaléceme para resistir las tentaciones que puedan surgir, y que siempre pueda actuar con integridad, honestidad y diligencia en cada tarea que realice.
Dios misericordioso, permíteme comprender que mi trabajo no es solo por mí, sino también por mi comunidad y por el servicio hacia los demás. Ilumina mi camino para reconocer las oportunidades de ayudar a quienes me rodean y guiar mis acciones en beneficio del bien común. Que mis esfuerzos sean siempre para tu gloria y el bienestar de los demás.
Padre celestial, confío en ti para que me des la sabiduría y compasión necesarias para enfrentar cualquier desafío en mi trabajo. Que nunca olvide que mi mayor propósito es agradarte a ti y servir a los demás con amor incondicional. Amén.
